¡Alégrate!
Alégrate, porque estás viva.
Puesto que todo te duele,
la vida que te robaron,
la que entregaste tú cuando apenas
conocías el abrir y cerrar de tus ojos.
¡Siente!
Siente el fragor de las hordas
aventar tu silencio
y saquear
hasta los últimos intersticios.
¡Escucha!
Oye cómo proclaman verdad,
qué claro gritan,
siente las torceduras de tus cartílagos,
oye vaciarse de historia tus antebrazos,
ve. Ve y palpa, inmovilízate
para que caigan de adentro
hasta los últimos andamiajes
porque no hay nada más
incomparablemente vacío
como una voz
sin cadenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario